Gimnasia y Esgrima La Plata 2023: un modelo de apuestas e incertidumbre

Con la llegada de una nueva dirigencia, Gimnasia encara un 2023 alejado de las certezas y deseando que los pibes, y los esperados regresos de Cristian Tarragona y Germán Guiffrey, sean suficientes para que las nuevas estructuras crezcan o, al menos, se mantengan de pie.

Presidente y Director Técnico cara a cara

Por Matías Villarreal

La flamante gestión albiazul liderada por Mariano Cowen marcó -en casi 60 días- una clara diferencia en el «cómo», en el modelo de gestión respecto a la Comisión Directiva saliente. Si partimos de la base de que Gabriel Pellegrino y compañía habían sostenido mutuos y aportes externos como -prácticamente- la única manera de mantener el motor cotidiano del Club, Cowen y la actual dirigencia que –y esto sin juzgar– aterrizaron a la conducción de Gimnasia con notable menor capital económico para invertir.

En ese contexto y con total desinformación de los reales estados contables y financieros del Club –otra marca registrada del destrato de los últimos años hacia la masa societaria– asumió Cowen y la actual CD. Es menester señalar esto para comprender que se generó –primeramente– una lógica pérdida de tiempo hasta conocer la situación económica del Club y con la novedad de una retención absurda que perpetró Pellegrino –con complicidad de su CD– de los derechos televisivos, complicando tanto al Club como a sus propios intereses de recuperar dinero, ya que el conflicto con los jugadores, las deudas y un desangramiento deportivo general, no iban a ser el mejor plan.

Esa fue la herencia y vale mencionarla para analizar, ahora sí, la era Cowen, porque comenzó a tomar decisiones que están en las antípodas en referencia a los manejos de los últimos años. Primero, comunicación con la masa societaria para acercar la situación económica del Club, incluso válido para justificar algunas posturas que llegarían. Luego, nombrar a un gerente deportivo (Marcelo Gauna) y luego de resolver el conflicto salarial con el plantel profesional de fútbol –exagerado, sí, pero legítimo– comenzarían las decisiones más fuertes sobre algunos nombres propios: comenzando por el entrenador que levantó la vara y que potenció juveniles, Néstor “Pipo” Gorosito, por el arquero con menos goles en contra y más vallas invictas como Rodrigo Rey, de un volante que aportó equilibrio y juego como Agustín Cardozo, de su capitán y último goleador, Brahian Alemán, y del desequilibrante delantero paraguayo Ramón Sosa que, además de ser una pérdida en lo deportivo, representaba un futuro negocio que –una vez más- se le escurre al Lobo producto de malos manejos y de incumplimientos que generaron inhibiciones.

Con los asteriscos del caso, todos los nombres propios terminaron de la misma manera: fuera del Club. Cowen, en conjunto con su CD, decidió no renovar o interrumpir los mencionados contratos, por no poder hacer frente a sueldos onerosos, o como única salida para hacerle frente a las inhibiciones que solo generaban dolores de cabeza desde lo legal y económico. Vale decir que, en ese ítem, la partida del paraguayo Sosa a Talleres de Córdoba representó tanto levantar la inhibición por él con los equipos guaraníes Tembetarí y Olimpia, e incluso un ingreso cercano a los 400 mil dólares, lo cual termina siendo una salida decorosa ante una situación no deseada e irreversible.

Con este panorama, entonces, asumió Sebastián “Chirola” Romero. Fue curioso que en su presentación ningún colega le consultó si continuaría en el Club pase lo que pase, que es otro riesgo, pero lo concreto es que el ídolo y referente tripero saltó de la Reserva, donde creció e hizo crecer muchos de los juveniles que hoy lo acompañarán en este desafío en la Primera División. Y asomaron indefectiblemente los Durso (1999), Felipe Sánchez (2004), Miramón (2003), las vueltas de Castillo (1999) y el recientemente liberado Mastrángelo (2001), el surgimiento de Alan Sosa (2003) y más y más juveniles. A esta altura, “juvenil” debe ser de las palabras más mencionadas en Estancia Chica. Apenas los regresos de Comba y otros tantos préstamos que vencieron pueden pensarse como incorporaciones.

Esto representa una decisión dirigencial riesgosa más allá de las inhibiciones, una fuerte apuesta hacia lo propio que desde adentro respaldan como “la única opción”, como un necesario “saneamiento”. Pero cuidado, porque se fueron 3 figuras de la denominada “columna vertebral” (Rey-Cardozo-Alemán), sumado a Pipo Gorosito y el más picante de la delantera como Sosa. Y eso, casi inevitablemente, se traduce en números difíciles de reemplazar, ya sean goles evitados como goles convertidos, goles generados, como el equilibrio en el medio y la influencia de un entrenador ganador y con experiencia. Y así surge la pregunta: ¿por qué creer que vaciando un equipo, los juveniles pueden cotizarse mejor para comenzar a tener los ansiados “recursos genuinos” de las ventas de propios? Porque si el nuevo modelo apunta a generar recursos, no parecieran respaldarlos de la mejor manera. ¿No podía haber, acaso, un aporte externo que ayude a cubrir inhibiciones y mantener, al menos, alguno de los mencionados?

Se entiende el argumento y la búsqueda. Pero el propio Juan Pablo Arrién, actual vicepresidente primero del Club, admitió en una reciente entrevista con “El equipo deportivo” de FM La Redonda que el hecho de alejarse de los mutuos cómo única manera de inyectarle recursos al Club “será una transición” dando a entender que algún aporte podrá haber. Y más allá de ponerse al día con la deuda de los futbolistas y alguna obra en Estancia Chica, no hubo inyección de dinero en materia fútbol. Lo cierto es que pareciera más bien una postura radical y no moderada, y esto llama la atención porque se sabe que para hacerse cargo de un Club de la Primera División de la AFA es necesario tener un respaldo económico.

Así las cosas, Gimnasia encara un 2023 alejado de las certezas y deseando que los pibes, y los esperados regresos de Cristian Tarragona y Germán Guiffrey, sean suficientes para que las nuevas estructuras crezcan o, al menos, se mantengan de pie. El desafío de la gente será la paciencia, la comprensión del contexto y el apoyo a los chicos del Club, que harán camino al andar y deberán aprovechar sus oportunidades, claro, para que la carrera hacia el mes de junio no sea un padecer constante. En ese horizonte, todavía lejos, aparecen los demorados retornos de De Blasis y Rinaudo, si es que Gimnasia logra levantar la última inhibición pendiente por Soldano, de 500 mil dólares. Deberá surgir todavía con más fuerza la figura de Leo Morales, que será el más experimentado junto a Tarragona en el plantel con promedio más joven del fútbol argentino. Así lo han dispuesto los dirigentes, con sus justificaciones y sus responsabilidades, ni más ni menos.

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